La soledad. Por Almudena Aibar Hidalgo

La soledad es una sed que no se puede saciar con cualquier agua. No sirve de nada intentar distraerla o engañarla.
La soledad no se deja manipular, no está dispuesta a aceptar sucedáneos, ni compromisos a medias, ni soluciones desesperadas, ni mentiras piadosas, o amantes enmascarados.

Puedes engañarte a ti mismo o incluso a los demás, por un breve lapsus de tiempo, pero ella volverá a presionar tu pecho. Al amanecer, un nudo en la garganta no te permitirá gritar a los cuatro vientos que necesitas a alguien en quien creer, en quien poder confiar, en quien refugiarte, a alguien a quien pedirle que nunca te abandone hasta el ocaso de los tiempos.

Te lavas la cara. Sales al mundo y miras a las miles de caras anónimas que se te cruzan por laberintos de calles comerciales, pero al llegar a tu destino no recuerdas ninguna. Ya en tu cama cierras los ojos y no ves a nadie, no tocas a nadie, no besas a nadie, no abrazas a nadie, no tienes a nadie. Entonces recuerdas que, por ahora, te sigues teniendo a ti mismo y que has de procurar no perderte.

Almudena Aibar Hidalgo
Escritora

8 comentarios:

  1. Cuando no puede llenarse con nadie es porque, como dijo alguien, la soledad no es un estado sino una condición.

    Buen texto 🙂

  2. Mucha razon tienen tus palabras. Muchas veces pienso que mí nombre me define en muchos momentos.
    Me han gustado mucho tus palabras.
    Un beso y un abrazo
    Soledad

  3. La soledad es el destino del miedo o la intransigencia. Uno tiene que arriegarse a mirar otros ojos, a dar sonrisas y abrazos gratis, a escuchar otras historias en silencio, a ofrecer su mano,su hombro y su corazón aún sabiendo que alguien puede magullarlo sin contenplaciones.
    Sólo contando contigo mismo,si, pero brindando tu apoyo, con generosidad,tu comprensión,tu tiempo,muchos abrazos y besos, encontrarás quien te apoye,con quien compartir,quien te comprenda,quien te abrace y quien te bese.
    Y aún así no es seguro que así sea.
    Quizá no tengas casa aún, pero habrás puestos los cimientos.

    Bueno, hoy me tocaba divagar un poco.Pido disculpas.
    Un abrazo

  4. Maravilloso. Lo peor y lo mejor,es que es real,ese sentimiento cuando te acuestas,y te das cuenta de que no tienes a nadie,y que amanecerá y seguirás sola,y volverá hacerse la noche,y lo mismo,tú sola en la cama,y ese frío tan grande que provocan las sábanas!!!. Qué bonito Almudena.

  5. Y alguna vez necesaria. Vaya contradicción. Amiga Almudena, la de la mirada intrigante, ¿es que hay, acaso, dos soledades?: me refiero a la que tú dices que no puedes saciar y la que yo digo que busco desesperadamente como agua de mayo…

  6. Leo una y otra vez esta soledad tuya, y la hago mía.
    Tantas y tantas veces la he sentido, que forma parte de mí.
    Caminas, subas en el autobús, te bajas, cruzas la calle, te paras…regresas…y nos recuerdas a nadie.
    Ya en la cama, las sábanas frías te hcen estremecer y al despertar te das cuenta que otro día más estás sola.
    Precioso Almudena, precioso.

  7. Fernando Andrade Sierra

    Almudena, la soledad es una muy seria enfermedad que sólo se cura con compañia. Amo el acompañamiento y cuando estoy solo entristezco.

  8. Yo necesito mi soledad a veces en grandes dosis. Otras veces no la soporto y me hiere profundamente. Pero siento que la madurez me ha dado esa armonía para conocerme y quererme, a solas.

    Un abrazo. Preciosa reflexión. Como siempre.

Responder a ldc Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *