Con incontables piedras tropecé, al recorrer mi camino
tropecé y seguí adelante, buscando mi lugar, mi destino
busqué refugio en sentimientos, que parecían genuinos
para después comprender, que sólo fueron momentos vividos.
Por sufrir desilusiones, negué el amor en mi recorrido
sin pensar quizá, que delante, había otro destino
que un día impensado, alguien mis pasos detendría
para mostrar otra realidad, distinta a lo ya vivido.
Con dudas y muchas preguntas, miré los ojos de mi destino
supliqué me responda, si mi corazón no saldría herido
porque el temor hace raíces, por mucho haber sufrido
y por miedo a nuevamente perder, puedo quedar en el olvido.
Como la hiedra que se aferra para trepar, me aferré a una nueva ilusión
entregando mi confianza, en pos de un bello sueño de amor
que comprendió mis temores, mi miedo a un nuevo desamor
y le ofrendó su vida entera, a mi castigado corazón.
Mirtha Rodríguez
Argentina
Derechos reservados por la autora