No pertenecemos al lugar
del efímero presente del silencio
No pertenecemos al tiempo
del melancólico espacio del recuerdo
No, no somos los dueños de este encierro
Nosotros no creemos en los engranajes,
no viviremos entonces bajo el compás de los relojes
en esta hora gris de la falsa libertad
y la falsa seguridad de las repeticiones
Nosotros somos el futuro,
no el horizonte que admiran los ancianos en su reposada enfermedad
Nosotros somos el futuro incierto en la oscuridad
la duda que se cierne sobre el futuro de los dictadores
Pertenecemos al no reino del devenir
ahí no hay reyes que dirijan los cielos
Sin embargo, en nuestro futuro,
el sueño es el emperador de nuestros pensamientos
y se ha abolido la razón de plástico y dominación
y se ha abolido la esperanza añeja de temor
En la laguna que forman las constelaciones
que vagabundean hacia nuestro futuro,
los ánsares de cristal elevan su aserrín diabólico con cada aleteo
y en la imaginación de un niño se ha redactado la carta magna
que reafirma la inutilidad de las leyes
y los inventarios
En la laguna donde desaguan los orgasmos de los excelsos
existe un futuro
que ha abolido el raciocinio
existe el sueño
que ha abolido la lógica del pensamiento
Rodrigo Conde
Presentación del autor:
Soy un escritor y periodista argentino viviendo en Zaragoza desde hace dos años. Trabajo para una revista de economía internacional (www.empresaexterior.com) y he trabajado de muchas cosas en mi vida, pero mi secreta pasión siempre ha sido la literatura. Desde muy joven me he dedicado a la poesía y tengo escrito un poemario titulado II, sin embargo, abandoné el arte poético hace un poco más de un año y ahora dedico toda mi energía a la prosa, especialmente a ensayos de tono filosófico y existencial.