El abominable hombre (de las nieves). Por Luis Oroz

 hombre de las nieves

Atrapado en la nieve…
no existen las pisadas, ni el invierno,
y tampoco este humo que se eleva conmigo
hasta el pico más alto
donde jamás he estado.

Pero a veces sucede y es posible
alimentar al animal dormido,
extender la memoria y ofrecerle una fruta,
ayudarle a seguir
siendo distinto,
con la piel erizada
igual que siempre.

Percibir ese frío que se da al existir
en el lado irreal
de la existencia.

Es posible también sentir su aliento,
desmontar su fiereza,
descubrir el cansancio
y constatar
que no es precisamente sangre lo que brota
de la hemorragia de sus tres heridas.

Porque la vida asciende como la voz de un loco,
y tira, sin saberlo, de tus cuerdas.

Podemos transformar la percepción
de todo aquello que nos hace débiles,
y dejar que la ausencia nos convierta en salvajes,
o en la huella posible de lo que nunca fue;
como un cabello blanco entre las páginas,
como una bestia enorme-mente triste,
como el olor a leña que desprenden las manos
mientras enciendes la palabra nieve.


Luis Oroz
Blog del autor

Un comentario:

  1. Fuera de serie. Salve poeta!

    Abrazos – IBEN

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *