A don Ramón de Campoamor y Campoosorio. Por Juan A. Galisteo luque

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He querido llevar hasta tu cuna

un inmenso latir de las campanas, 

enlazando tu nombre con sus ecos, 

despertando tu sombra enamorada.

El verdor de estos prados me conmueve, 

cuando observo el trajín cada mañana,

de esos barcos saliendo desde el puerto,

con sabor a salmuera y a enramada.

¡Cómo brillan los astros en el cielo!

¡Cómo crece la luz de la alborada!  

¡Cómo se oyen los grillos en la noche

al sonido estridente de sus alas!

Y a través de ese instante de recuerdo,   

en el mismo paraje, este de Navia, 

hablaré con pasión de redondilla,

de quintilla y cuarteta encadenada.

También de esos romances y espinelas 

con su bella cadencia emparejada;

de sonetos, también de serventesios,

de toda tu poesía floreada.    

Y lo mismo que Rubén lo quiso entonces,  

coronarte de laurel, de pompa y gala,

hoy quisiera nombrarte en el silencio

y rendirte un homenaje así, de entrada. 

A los bellos paisajes de estos prados, 

donde el mar se confunde con al alba, 

he partido con alma de viajero,

para verte en esta ría que es de Navia.

Esta vez no he regresado en tren expreso,

ni he traído tu manta zamorana;  

ni he sentido esa fiel locomotora,  

que entre el humo y silbatos huyó a Francia.

El verdor de estos prados y pinares, 

que despiertan amor en la montaña,

son los mismos paisajes que dejaste

en tu tierna juventud, fresca y lozana.

Porque lejos de cumplir una promesa,

tú jamás regresaste aquí, a tu patria,

a esta costa asturiana tan bravía  

y que baña con espuma un mar de plata.

Y ya nadie cuestiona con recelo

 si esa mera decisión fue la acertada;

que en Asturias las gentes te veneran

y, en España, las letras te reclaman.

En Piñera, una villa del concejo,

tú cursaste los estudios de tu infancia; 

luego allí en Puerto de Vega continuaste,

terminando la parte secundaria.

En Santiago, Ciudad  de Compostela,

cursarás filosofía en la palabra

y una lógica numérica en Madrid; 

mas nada encenderá tu sueño y ansia.

Porque tú ya naciste con el verso,  

despertando poesía en las entrañas;

que nunca fueron la ciencia, ni los votos,  

fiel pensamiento a tu ilusión temprana.

Seguido a esas Ternezas y a esas flores

muy pronto escribirás Ayes del alma

y junto a Las doloras los impresos

de Pequeños poemas y Humoradas.

Ya no ha vuelto a Gijón ese gaitero,

que calmaba su pena con la gaita;

que es la muerte tan seria ya a las puertas

que solo deja ausencia, sombra, ¡nada!

Un cielo encapotado y gris de lluvia

se ha ceñido en mi ser con gran templanza    

y hoy que cantan los grillos en los campos,

también brotan las flores en las ramas.

He querido con verbo de poeta

ensalzar tu figura y remembrarla,   

lo mismo que el Cantábrico en la costa

entrega la belleza a nuestras playas.

    Porque tú sigues presente aquí en Asturias, 

en todas las tertulias provincianas,

reviviendo el teatro y los conciertos,

en aras del recuerdo y la nostalgia.  

Y lo mismo que Rubén lo quiso entonces,  

coronarte de laurel, de pompa y gala,

he dejado que el viento te recuerde;

 que en esta tierra tuya, hay esperanza.

———

Autor: Juan A. Galisteo Luque

Derechos registrados

4 comentarios:

  1. Elena Marqués

    Porque «poesía» y «realismo» parecen dos términos antitéticos a Ramón de Campoamor no se le concede toda su importancia. Pero fue un comprometido con su tiempo, un filósofo. Y asturiano. Me encanta que le hayas rendido este homenaje.
    Muchos besos.

  2. Muy cierto lo que dices Elena. Sí, fue otro de los personajes grandes un poco olvidados. Además de poeta y filósofo, fue político y gobernador Levante y mientras estuvo en ese cargo, luchó siempre para que la enseñanza y la cultura alcanzara un poco más a las clases sociales más humildes,

    Gracias por tu comentario. Te envío un abrazo.

  3. ¡Cómo brillan los astros en el cielo!

    ¡Cómo crece la luz de la alborada!

    ¡Cómo se oyen los grillos en la noche

    al sonido estridente de sus alas!

    Afortunadamente hay quien sabe rendir en el tiempo, un sentido homenaje a algunos de los maestros que, más o menos reconocidos, son parte esencial de lo «nuestro» y de la literatura que en sí misma acaba abarcando generosa y sabia todo lo que la enriquece .

    Resalto esos cuatro versos que me han conmovido por su belleza sutil y precisa.

    Muchas gracias y un abrazo.

    • Muchas gracias por el comentario Ameli.

      Soy de los que piensan que las letras de Campoamor, así como las obras de tantos otros personajes ilustres, merecen ser recordadas. .
      En el caso de Ramón, casi toda su obra lleva implícita ese contenido filósofo-poético; un ejemplo para todos nosotros y el de nuestras futuras generaciones.

      Te envío otro abrazo.

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