La infancia.Por Brisne


«Cuando afirmo que los niños son personas competentes quiero decir que son capaces de enseñarnos lo que queremos aprender. Nos dan las claves que nos permiten recuperar nuestra competencia perdida y nos ayudan a descartar aquellos modelos educativos que no son útiles, sino que son autodestructivos»

Llevo una semana leyendo el maestro de Petersburgo, oyendo Labordeta (por eso de qué cuando alguien muere te apetece recordarle de algún modo) y metiendo ojos y mente en el libro -magnífico, por otra parte- Su hijo, una persona competente de Jesper Juul.

En ese libro Jesper Juul nos presenta los niños como competentes, es decir como cooperantes en el sentido de que copian o imitan a los adultos más importantes de su entorno. Quienes tengan hijos lo sabrán, antes de leer nada de crianza, nos damos cuenta como vemos gestos de quienes convivimos en la cara de nuestros hijos. Nuestros hijos se nos parecen, ¿recuerdan la canción de Serrat, esos locos bajitos?. Es un buen resumen de cómo nuestros hijos se nos parecen. Pero Juul va un poquito más allá, nos indican también lo que necesitan, son capaces de pedirnos aquello que no les damos.

Mi hija pequeña ha empezado hace nada el colegio, es la primera vez que sale de casa, cuando sale del colegio se agarra a mi falda y no me suelta. Es normal. Creo que significa que me echa mucho de menos y que me quiere muchísimo. Y yo también la quiero tanto que soy capaz de darle la comida como no se la he dado nunca. Supongo que mucha gente piensa que se ha enmadrado (qué horrible palabra) pero yo sé que solo me quiere decir que me quiere mucho.

Leyendo ese libro me he dado cuenta que tampoco fomento en exceso la autoestima de mis hijas, muchas veces las valoro por lo que hacen más de por lo que son aunque yo quiera valorarlas por lo que son. Es algo que deberé trabajar en un futuro. No crean que soy una madre irrespetuosa, al contrario, yo jamás pego o castigo a mis hijas, y ahora sorpréndanse ustedes, ellas se portan estupendamente. Es algo curioso.

El pensar en la infancia, inevitablemente me ha llevado a pensar en la mía. El domingo pasado falleció Labordeta, y su música me ha llevado a mi infancia, lo escuchábamos mucho, en cintas que creo estarán ralladas que mi padre ponía día sí, y día también cuando nos montaba en la cuatro latas. Es parte inevitable de mi formación sentimental, no puedo evitar que me guste o que me emocione por eso. Se ha muerto parte de mi infancia, o no, todavía me quedan sus canciones.


Brisne
Blog de la autora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *