Siempre hay milagros. Por Mercedes Martín Alfaya

Están poniendo Superman en la tele. Mi hija se ha parado delante de la pantalla a ver si, cuando Lois se lanza a la catarata, Clark se vuelve Superman y la salva; y así ella confirma su sospecha. El tipo es durillo; le manda un tronco para que se agarre, pero de sacar pecho y capa, nada. Ella (la chica), se queda muy desilusionada. Le hubiera gustado que su amigo grandullón y torpe, al final, se convirtiera en héroe (tal vez para presumir de novio delante de su jefe y sus compañeros de trabajo). Pero no. Lois tendrá que esperar… Y mi hija, al ver que Superman no tiene ningún interés en demostrar sus poderes ni vacilar delante de la chica, se ha colgado al hombro su bolsa de la playa y se ha dado media vuelta diciendo: “Joder, yo quiero un Superman en mi vida”. Y yo, para hacerla rabiar o para hacerla reflexionar, he puesto voz de ´tontina´ diciendo: “¡Sálvame, Superman! ¡Sálvame!”. Y todo, para ocultar que yo también quiero un Superman en mi vida (a ser posible de los que te animan a cruzar puentes enooormes, te lanzan troncos al agua para que descubras que no necesitas que nadie te salve, saben hacer pompas de jabón sin que se exploten y usa calzoncillos debajo de la malla je, je).

Música de fondo (youtube): “Música clásica- Canon en Re mayor, Johann Pachelbel
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Mercedes Martín Alfaya
Pintura: Poblete
Blog de la autora.

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