119- El corazón de las arañas. Por León

“Estoy condenado a destripar el corazón de las arañas,
a poner los dedos dentro de la caldera de una flor”
(Santiago Azar)

Vendrán con antorchas encendidas,
helando a su paso la sonrisa;
poderosos caballeros de Quevedo,
oligarcas vestidos de cordero.

Presiento que nunca se han ido.
Son engendros en la máquina del tiempo
como una evocación recurrente de los siglos.
Me los cruzaré en cualquier esquina,
en el trabajo, en el parque… en la sopa.
Remedando épocas que no fueron mejores.
Fingida melancolía. Avieso enigma.
Me buscarán como a barco en el desierto,
y escondidos en la largura del silencio
indagarán en mi conducta y pensamiento.
No les daré motivo ni mansedumbre
o volverán los oscuros tiempos
en los que las cosas tenían dueño,
y no era yo.
Ni dejaré escapar el aliento
en el que se asienta el origen de la belleza
y lo natural de la alegría.

Deben saber que adoro la rutina de mi casa
y ver la primera luz del día.
Que alguien inventó la libertad
y a mí me toca preservarla.
Porque: ¿De qué sirve si no la herencia?

Sublime sentimiento
el de no percibir el peligro
de la noche en las pupilas.

Así existo, emparentado con Platón,
con Cervantes… Con la vida.

Puede que no conozca el escondrijo de la araña
pero tengo el plano de la ciudad
y sus murallas.

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25 comentarios

  1. Pardal Fugitivo

    Hola León & El Zahir. ¿Cómo va todo?. Por aquí, la vida sigue pasando excesivamente rápida, por allá excesivamente triste e injusta, tragedias, guerras, radiación, ojalá con la humilde e intensa poesía pudiéramos rebelarnos contra todo ello, o al menos despertar a los corazones dormidos por una rutina anodina e indiferente o al menos apaciguar algo el dolor. Espero que cuando acabe el Certamen pediros el email y si os pasáis por aquí, os invitaría a que degustarais, además de algo de lo gótico y lo gaudiniano, las mejores bravas del mundo, sitas en un bar llamado Tomás. Espero que estéis bien y os dejo este bonito poema de un pariente de León. Un abrazo y hasta pronto.

    Así es mi vida,
    piedra,
    como tú; como tú,
    piedra pequeña;
    como tú,
    piedra ligera;
    como tú,
    canto que ruedas
    por las calzadas
    y por las veredas;
    como tú,
    guijarro humilde de las carreteras;
    como tú,
    que en días de tormenta
    te hundes
    en el cieno de la tierra
    y luego
    centellas
    bajo los cascos
    y bajo las ruedas;
    como tú, que no has servido
    para ser ni piedra
    de una Lonja,
    ni piedra de una Audiencia,
    ni piedra de un Palacio,
    ni piedra de una Iglesia;
    como tú,
    piedra aventurera;
    como tú,
    que, tal vez, estás hecha
    sólo para una honda,
    piedra pequeña
    y
    ligera …

  2. León, destaco:

    «Remedando épocas que no fueron mejores.
    Fingida melancolía. Avieso enigma.»

    El Ingeniero

  3. Y el corazón de las tinieblas?

    Marcelo Ides

  4. Dominiopoeticodelcapote

    Fuí de los que temí a la noche, a la oscuridad, a esa aparente pérdida del control… aún así no lograba domar a esa fiera.
    A lo lejos un «León», y tras él, un sendero de gloria que me guió hacia el sentir.
    Oía a Sócrates instruyendo a Platón, visualicé la esbelta figura de Quevedo, continué paseando e incluso reconocía las calles. Fue entonces cuando supe que yo también tenía el plano. No obstante las murallas quedaron reducidas a simples montañas de piedras derrumbadas sin piedad. Estaba ante la huída del «León», había escapado de su jaula y derribó la muralla del temor.

    Se despide un ser más cautivado por tu poema…

    • Dominiopoéticodelcapote, difícil nombre, pero creativo. Derroche de arte… Si ya derribaste todas las murallas, eres libre para pastar como León por todas las selvas, por todos los caminos, sin el temor de la noche en tus pupilas. Me alegra saber que tú también tenías el plano. Cada vez somos más.

      Gracias por tu comentario.

  5. Un poema interesante. Lo mejor, el final. Un saludo y suerte.

  6. Pardal Fugitivo

    Hola León, ¿qué quieres que te diga?, tu poema es como los acordes de una guitarra española, bien afinada, de sonoridad profunda y algo triste, tiene el color de la caoba y el aroma de un gran reserva, sabor a roble y a esperanza. Y es quizás el destino o quién sabe, que ha hecho que estés junto a El Zahir, 119 y 118, pues vuestros dos comentarios a mi poema han sido de los más bonitos y sentidos que he recibido.- Yo tampoco temo a la noche, con lo que si tienes los planos de la ciudad, ¿por qué no huimos juntos los tres?. Que El Zahir se lleve sus fotos, su espejo, su París, sus recuerdos, su cara triste y tráete tú a tus amigos, porqué no, a Quevedo, Platón y a ese tal Cervantes, y nos vamos los tres, o los seis, abandonad aunque sea unas horas vuestro hogar y vayamos juntos en busca de “la primera luz del día”… hasta pronto, hasta siempre.

    • Me has hecho sonreir con tu comentario, que agradezco. Demasiado generoso.
      Así que tú eres Fugitivo. A mí me encanta la aventura, te lo aseguro, y el riesgo de volar lejos de lo cotidiano; y a ZAhir, me consta —con todos esos bártulos y recuerdos que llegan a pesar—, estará encantado de huir por unos días, por un tiempo… del hogar, como yo o como tú, y esperar la primera luz del día en otra parte. Porque, claro, yo tengo el plano de la cuidad y sus murallas… Así, nada se vuelve infranqueable.

      Los comentarios a tu poema fueron sinceros y merecidos.

      Y bueno, salgamos de los barrotes de estas letras para jugar al escapismo. Jajaja, gracias Pardal Fugitivo.

      Hasta siempre también a ti.

      • Pardal Fugitivo

        ¡Oye! que estaba preocupado hombre (o quizás mujer), con tu silencio. Me alegra mucho volver a leerte…

        Y de regalo, te paso unos versos de un paisano mío que me apasionan (¡qué gracia!, se parecen las palabras “paisano” y “apasiona”), son como un dogma para mí, como un modus vivendi, dicen así: “yo voy soñando caminos de la tarde, las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas, ¿a dónde el camino irá?”.

        Ojalá no dejemos de “soñar caminos de la tarde” en el caminar de nuestra vida.

        Bona nit, León.

  7. arcipreste de hita y pon

    Te gustan los clásicos, eso está bien

    • Sí, además… me gustan los clásicos. Las obras de los clásicos esconden el secreto de lo perdurable. Son historias que interesan al Hombre de cualquier lugar y cualquier época.

      Gracias por tu tiempo.
      Suerte a ti también.

  8. Vuelo poetico, buen ritmo y un final sublime.
    Aqui hay poesìa, aqui hay oficio de poeta.

    Suerte en el certamen.

    Saludos

  9. Gracias Mordiana, me alegro que te gustara.

    Suerte a ti también.

  10. Me ha gustado tu poema, bien logrado. Suerte en el concurso.

  11. Me cuesta asumir este trabajo como un todo, sin embargo he disfrutado plenamente cada una de sus cumbres. Buen poema. Suerte en el certamen.

  12. Eso espero, que tu presentimiento sea verdad, me vale con que lo presientas: que me queda muuuuuuuuuuucha vida por delante.

    Gracias por tu comentario.

  13. León:
    presiento que te queda mucha vida por delante por lo cual te insto a que sigas intentándolo.

  14. Es un poema con mucho aliento poético y envergadura lírica, tal vez le falta pulirle unpoco más

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