Puede ser mortal,
y así también sonar egoísta,
¡Quiero besar tus labios!
No por un momento grato,
sino, una vida eterna,
una noche, un día,
una paradoja si complace,
con perpetua justicia,
con tus propias manos,
con tu propio ser,
escucha la barbarie
de mi voz que clama,
¡Clama un destino!
Un pedacito de esto y de aquello;
paupérrimas condiciones
con una serie de motivos…
con un sinfín de episodios.
34-De mi voz que clama. Por Sigmund Freud
6 comentarios
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Sigmund Freud, no le pidas tantas condiciones: ¡sigue pidiéndole besos!
El Ingeniero
Me lo explique…
Tan rebuscado como un análisis freudiano. Un saludo y suerte.
Me ha gustado :
«con perpetua justicia,
con tus propias manos,
con tu propio ser,
escucha la barbarie
de mi voz que clama,»
Transmite pasiòn. Suerte.
Solo ésto me captura:
«escucha la barbarie
de mi voz que clama»,
Amigo Sigmund, tu poema se me ha hecho impenetrable. Sin duda será un gran poema en otros oídos. Suerte en el concurso.