(Haiku-Prólogo)
Esta brevedad
Aspira a un tiempo nulo.
Eterno observa.
De una calle
(Soneto urbano)
De prisas coronada aquella calle
Que guarda esa memoria, veloz sombra
Su lomo no se queja, dura alfombra
Y sus muescas no dejan que ella calle.
¿Qué no calla, alguien dice con porfía?
¿Qué no calla, el limado del ladrillo?
¿Qué no calla, las manchas y su brillo?
Arabescos, secreta simetría.
Un tosido metálico algo anuncia
Nueva mañana, la nueva renuncia:
Olvidado lenguaje, que tocó en suerte.
Un espejo, reflejo magnífico
De zapateo cuán terrorífico,
Mas la alfombra semeja eterna muerte.
(Haiku-epílogo)
Camino esconde
Iter al caminante.
Ergo camina.