I
Hablabas.
Sonreíste.
Tu pulgar y tu índice pinzaron suavemente el lóbulo de mi oreja.
(Tu mano derecha, mi oreja izquierda.)
Me tocaste y ya no fui más yo.
y III
El viento da la vuelta en las corvas de tus rodillas.
Qué tarde aprendemos lo importante.
Cuando por fin nos llegan las verdades, estamos tan cansados que el aire sólo nos despeina
despeina
despeina
Hay una mujer que camina y no me enamoro.
Lástima de viento inútil que no alboroza.
II
En medio, nada que me haga bien recordar.