Te invito
a sentir desmesuradamente
lo bueno y lo malo
el dolor y el placer
a ser santo y profano
a entregarlo todo
(sin medida)
a saltar sin red
a quemarnos.
A desear lo imposible
a tomar lo prohibido
a devorar las horas
a embriagarnos con Baco
A estallar con Eros y Afrodita
dionisíacos
a derramarnos.
A gritar la verdad
o a ser piadoso
a sufrir como un perro (si es preciso)
o a gozar como un crío amamantado.
A perder la cabeza
al oprobio al paroxismo
a encontrarle cauce al desbarranco
A tropezar mil veces
(y a levantarnos).
Te invito a vivir
(no sientas compromiso)
los que invité son pocos
y menos aún los que aceptaron
Te invito a correr riesgos
a venerar la vida
esta
la única
Y no me ofendo si escucho: “se me hace tarde”.