Icono del sitio III Certamen Poemas Sin Rostro

67- El interludio inevitable. Por Ernie Pike

Las palabras caen como fichas en un tablero
pero mis fichas no entran en el agujero,
no caen ideas y tengo que luchar
contra un monstruo de seis brazos
que me quiere matar.

Latigazos en mi espalda dejan marcas de placer,
ya que los cuchillos no me marcan como antes,
la discordia de mis sentimientos antagónicos es
como el agua al mar, como los agallas a un pez.

Resentimiento in útero y fecundación in vitro,
desesperadamente espero a que llegue Tito.
Las lágrimas ahora corren por mi mejilla,
la transpiración por mi espalda hacia la rejilla.

Sensaciones de sedición, imperturbable melancolía;
amarillo, crema, ahora mas sepia que antes;
un rostro demasiado iluminado para ver quién es,
una casa sin puertas y un paisaje gris.

Un sol que no calienta, un fuego que no quema;
una luz que no ilumina, que no muestra el camino;
oscuridad que no asusta, ignorancia que no temo.
Brisa que acaricia y no produce escalofríos.

El dolor nos acecha agazapado entre las sombras,
espera que nos alegremos y bajemos la guardia
para atacar y mutilar todas nuestras esperanzas
y dejarnos indefensos, con la saliva rancia.

Las gotas caen como bombas de un bombardero
pero nada destruyen que valga el dinero
porque al final a todos nos toca luchar
contra el monstruo de seis brazos
que nos quiere matar.

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