Se arrastran las palabras
sobre la superficie blanca
en busca del alimento
que nunca llega.
El hambre se propaga
a lo largo de las líneas
que por falta de comida
adelgazan sin remedio.
Podrían desaparecer
de un momento a otro
pero resisten, tercas,
con insensata esperanza.
Se creen la negra luz
iluminando la blanca noche.
Son incapaces de ver
la magnitud de su propio vacío.