Rayos, truenos y centellas.
Un amanecer nublado.
Toda la noche sin dormir
esperando ver el sol deseado,
pero la alegría de la mañana
por fin ha cambiado.
Tormenta de verano.
Una hora de ruidos celestiales,
de músicas cristalinas,
de músicas naturales…
y después del ensueño tormentoso,
las lágrimas angelicales caen.
El soplo de los vientos
me mueve de un lado a otro,
pero la clave está en resistir,
en vivir cada momento
porque es un momento único.
Rayos, truenos y centellas.
Un amanecer nublado.
Tormenta de verano.
Esta lluvia,
Normalmente, me entristece,
hoy, anima mi alma.
Después de tantos días de nubes intensas,
hoy, han desahogado su llanto.
Aunque quieren esconderlo,
todos sonríen alegres.
La felicidad lo inunda todo sutilmente
y yo vuelvo a escribir.
Las cosas van cambiando
y un solitario personaje va acompañado
y un sordo oye el canto de la sirena
Y en la noche sale el sol.
Unos miran y sonríen
otros viven en silencio
Mientras el mudo habla
y todos atienden sus palabras.
Rayos, truenos y centellas.
Un amanecer nublado.
Tormenta de verano.