Lástima que lastima.
Tal vez te puedas quedar, dime, para ello, ¿qué dar?.
Hasta hoy te entregué lo mejor de cada década.
Di años, di meses, di horas, diminutos hoy parecen.
Si cuando te beso,
con sonido de liras, deliras.
Soy tuyo, ven…dame…
y te seguiré a ojos ciegos.
Sólo te pido un compás de espera, con paz.
Pero te vas, hoy te dio tedio.
Su ave sagrada suave le trina y allí voy cayendo.
Sin tantos estudios, es tu Dios que me pregunta
en medio de este amasijo: ¿amas hijo?.
Mi sangre se reaviva cuando veo en ti
tan solo una rea viva.
Tremenda locura que nada ya lo cura.
¡Toma!, ¡Ema toma!
Lastima, ¡que lástima!.
Fin de función…defunción.