No quiere abandonarla.
Compungiendo el pecho
la aprisiona,persiste.
Y como una soga irascible
aprieta el cuello
vulnerable
y hace estallar en torrente elemento.
Ahora extraño.
Pero ella, se resiste pasiva
y comienza a fluir
despeñada en callosa suavidad.
Los brotes apretados incitan.
Y se queda y se deja ir.
Tanta savia guardada
acumulada
seca
que no se sabe bien
la causa de su encierro.
A veces sirve preguntar,
a veces no.
Imaginemos que a partir de hoy
existe.
Y que el caudal aún está tieso.