Aquí me tienes de nuevo
con la mente en mi teclado
intentando sacar versos
que bailen en tu costado,
pintándote en cada hueso
las risas que no has probado.
Porque este pintor chiflado
y su autoestima herida
valen menos que un talego,
y si les quitan tus besos
me convierto en un enano,
en mucho menos que cero,
un fracaso sin medida,
un demonio sin pecados,
una partida perdida.
Y tú tan linda y hermosa
no sabes cómo me encuentro,
siendo yo tan poca cosa,
siendo un radio sin centro
y tú un manojo de rosas.
Porque este poeta malcriado
respira un aire extraño
que lo mantiene con vida,
y sin ese aire soy menos,
soy un rufián, un borrego,
un fracaso sin medida,
un demonio sin pecados,
una partida perdida.
Porque vacío sólo soy
una partida perdida,
un borracho aburrido
y un fracaso sin medida.