(A mi profesora y amiga
por 32 años de amistad)
¡No llegan las palabras!
corto se queda el lenguaje,
para ensalzar esa gran amistad,
hoy quiero rendirle homenaje.
A quien siempre ha estado ahí,
con mil consejos nuevos cada día,
quien pacientemente me escuchó,
cuando otra gente no me oía.
A quien con las llaves del saber
la puerta cerró a las amarguras,
y de esos almuerzos en el café,
surgieron de la taquigrafía
las lecturas.
A quien fue desenredando
cada pliegue de tristeza,
que entre los recovecos
de mi soledad se tornaba
queja.
Y a quien, de ánimos
repletos los bolsillos,
y dosis de gran paciencia,
arrancó las brumas de mí
enmarañada adolescencia.
No, no llegan las palabras,
corto se queda el lenguaje
cuando hay que definir
¡tantos años en un instante!.