Tu boca, como una grieta abierta
me devoro de golpe,
caí hacia una eternidad de soles
y planetas
más allá de tus labios
el futuro
era una fruta insinuada,
una quimera.
Erguido en la pasión
temblé de anhelos,
embebido; desdoblado;
vacilante.
Vibrando entre tus manos
encendido;
deseoso, calcinado,
delirante.
Absorto de estallar
y repetirme
de partirme y armarme
de a pedazos.
Elevado en el brío de tu cauce,
saciado en mi sentir
hasta el hartazgo.
Enredado, gimiente,
confundido,
con mi boca perdida
entre tu almíbar
sentí como también
te desbordabas
y reventaron mis sentidos
en pedazos.