Icono del sitio III Certamen Poemas Sin Rostro

151- De mi corazón, piedra. Por Marina Llorente

Este desierto, mi voz,
bajo tierra, mi sonrisa,
mi mirada, un oasis,
mi alma, ya tan sólo un espejismo,
efímera, juego de luces,
sombra de lo que era…
Estas, mi lágrimas furiosas,
apasionadas, vengativas,
lágrimas sucias
de deseos ennegrecidos,
lágrimas de sangre
por mi alma rota.
Ríos de dolor, suplicio,
llanto, fuego, odio,
ríos sin mar,
embalsados, contenidos.
Amargura entre las grietas
de mi mundo tembloroso,
tambaleante, quejumbroso,
de mi mundo a la deriva,
sórdido y pesaroso.
Miedo, angustia, soledad,
el encierro de mi corazón roto,
agonizante, desvalido,
de este corazón amedrentado,
solo, mortecino.
Ven, acércate,
te diré una cosa al oído:
nadie podrá conmigo.
De esta sal que rebosan mis ojos
ha nacido una estatua de hielo,
corazón petrificado por el desconsuelo.
De este llanto impuro,
culpable, dolorido,
se han llenado los pozos de mis ojos,
rebosantes de tormento,
de ira, de ausencia,
de cuchillas desgarrando las paredes de mi alma,
de sed deseante y deseosa de venganza,
¿de justicia?
Pensamientos negros,
enardecidos, sedientos,
pensamientos oscuros,
desenfrenados, sangrientos,
pensamientos incontrolados,
que empujan mi cordura
al borde de mi infierno,
pensamientos que mueren y resucitan,
candentes, apasionados, frenéticos.
Ven, acércate,
te diré una cosa al oído:
nadie podrá conmigo.
De mi mundo, ruinas,
de mi sentir, arena,
de mi cuerpo, cáscara vacía,
de mi corazón, piedra.

Salir de la versión móvil