I- ( Tao te tu )
Cierro los ojos
Borrón y cuenta nueva
Los abro otra vez
Y vuelvo a mirarte
De cero al infinito
II- ( Meditaciones )
Preguntas en qué pienso,
que veo en ti,
que eres para mi,
cuando reposo mis ojos cansados
en tu cuerpo desnudo,
en tu rostro dormido.
Cuando la noche nos invade (tan rápido!)
y abandona tu cuerpo agotado
a la penumbra de la habitación,
no sé quién eres.
Yo soy el animal que, en las horas
en que la máscara de la inocencia
adquiere su expresión más sincera,
siniestra y desasida,
contempla a su igual.
Con un mirar
sin conciencia
del mirar,
exhausto,
te miro.
Como meditaciones.
Como finos hilos
de silencio
entre nosotros
y la furiosa algarabía
de la vida.
III – ( Iluminaciones)
Tal vez una mañana, caminando por un aire de vidrio,
árido, al darme vuelta, contemplaré el milagro…
(Eugenio Montale) Y aunque ya no recuerdo
quién de los dos empezó;
este absurdo juego
(al principio recíproco)
de gato y de ratón,
de indiferencia y celos,
de amor y desamor,
tiene trazos de durar eternamente.
Porque he escrito en el asfalto
los capítulos mas duros de mi vida,
y ya no soy inocente.
Porque me he asomado a las páginas
de innumerables libros,
y ya no puedo fingir
que esto de la vida no iba conmigo.
Porque sé que si pierdo esta mano,
si abandono este solitario,
desaparecerás para siempre en la distancia,
y yo no quiero.
Porque sé que «sólo una cosa no hay»,
y tengo miedo.