Azul.
Sé que ese es el color del paraíso.
Azul es tu mirada hecha de lluvia.
Azul el fondo claro de tus ojos.
Azul…como ese extraño sentimiento
de tristeza.
Blue diría en un inglés de descosidos,
pero me gusta más Azul para mis
versos.
Azul como los sueños de los niños,
azul como el silencio más cobarde,
azul, azul del mar y del recuerdo.
Como el verso primero de Darío,
como palabra que el viento lleva hasta
mi boca,
así es azul, el azul puro de tus ojos.
Azul.
Y tu mirada se hace agua.
Disuelta por la acera hasta mis zapatos.
Y sube, lentamente, con la curiosidad
impresa en cada gota.
Fría y juguetona, simula tierna su
inocencia,
recorre el mundo de mi desnudez
primera.
Suave mi piel, siente un escalofrío por
tus caricias,
Se pinta mi rostro de roja timidez
y la sonrisa amaga un gesto de
sorpresa.
Líquida sube tu mirada hasta la mía.
En la distancia chocan entonces
nuestros ojos.
Tú eres azul.
Ven con tu dicha a fertilizar el marrón tierra
de mis ojos.