Ángeles que escriben con tinta dorada
los sueños que pronto se harán realidad;
ángeles que abrigan fielmente mi alma
con esa ternura que me hace vibrar.
Ángeles que entonan dulces melodías
y hacen que mi alma comience a danzar;
ángeles, pues cuyas primeras palabras
reviven la fuerza de mi palpitar.
Ellos son la esencia y la vida del mundo;
ellos traen luz y esperanza a mi ser;
llenan de alegría los vasos vacíos
de aquellas personas que mueren de sed.
Ángeles que hablan por medio del viento;
de esa suave brisa que logra expresar
las más bondadosas y dulces palabras
que viajan de eternidad en eternidad.
Ángeles sin alas, niños de este mundo;
sonrisas envueltas en sueños de azahar.
Salvadores de almas ya casi dormidas;
medicina eterna de esta humanidad.