Dentro de ese maremágnum de festivales que invaden Edimburgo cada mes de agosto desde hace más de 60 años, el dedicado al libro y a la literatura es quizás el más singular. En pocos lugares del mundo se cuenta con un público capaz de llenar de forma simultánea una decena de carpas, de 10 de la mañana a 10 de la noche, durante dos semanas seguidas, para escuchar y conocer a sus escritores favoritos después de haber pagado entre 10 y 15 euros por sesión.
Este año hay 700 autores donde escoger, entre ellos varios españoles o vinculados con nuestra cultura, incluidos Carmen Posadas y Eduardo Mendoza que se presentaron juntos ante un grupo de sus más fervientes admiradores escoceses.

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No es ninguna casualidad que la capital de Escocia haya sido declarada Patrimonio de la Humanidad por partida doble: por la calidad de su arquitectura y urbanismo y por su pasión por la literatura.












