A veces,
solo a veces,
te gustaría ser como esas mujeres
que poseen una vida fuera de las paredes de su casa.
De esas que salen por la mañana,
con unos cuantos gramos de belleza
-la suficiente para terminar el día-.
Con una carga explosiva de autoestima
guardada en sus bolsos de Vuiton,
una falda de tubo -por ejemplo-
y una camiseta de esas de infarto,
son capaces de cazar
mariposas en las paradas de los semáforos.
Con esas sonrisas blancas
de supermercado millonario y
sus zapatitos de Swarovski…
Sí, estaría bien
ser una ellas, sobre todo,
para hacer desaparecer
los precipicios a los que se asoma
esa niña que te habita.
Puri Teruel Robledillo
Qué lindo querer ser esa mujer liberada tratando de abrazar experiencias nuevas, aunque, querida Puri, me encanta el final con esa niña que te habita, gracias por la frescura de tu poema. Que tengas un Buen Año 2016
Betty
Gracias Betty Badaui por tu hermoso comentario. Te deseo igualmente un feliz 2016.
Un fuerte abrazo amiga