Yo no sé si soy poeta,
sólo sé que siento cosas
de una forma tan intensa
que sólo escribir me funciona
para sacar mis demonios,
para descifrarme,
pues, sin plasmar mi testimonio,
¿cómo podría encararme
y decirme tú eres esto
y vienes de este pasado,
ganaste o perdiste aquello
y gracias a eso has madurado?
¿Con qué cara me vería
al espejo en unos años
para decirme que mi vida
en realidad no valió tanto
como para querer
que dejara sus huellas,
como para querer
que nadie conociera
lo que siente el corazón,
lo que siente el corazón?
Yo no sé si soy poeta,
sólo sé bien que la vida
me dio varias volteretas,
me perdió varias guaridas,
me clavó varias navajas
pero me dejó vivir
porque en el centro de sus trampas
el salvavidas fue escribir,
el oxígeno fue escribir,
la salida fue escribir.
Yo no sé si soy poeta,
sólo sé que cuando estuve
en la oscuridad completa
sólo una cosa no contuve
y ese fue mi afán
de escribir lo que sentía
creyendo que a alguien más
un día le serviría,
porque quién
me podía decir a mí
que no le haría bien
por escribir lo que sentí
a alguien que sintiera lo mismo
y no supiera cómo describirlo.
Es por eso que lo admito:
no sé si soy poeta, pero escribo.
Chalico