SALUDO A LEO MESSI
Lascivia del hombre.
Del hombre atleta
cuya ingeniería de huesos sostiene
un orden esférico más allá de lo muscular: muslos
monumentales
para untar halagos o
poemas imposibles;
y la erección exquisita
de millones de años de bipedismo bajo un sol compañero
de las sonrisas del niño que permanece
para mirarse desde lo alto.
La potestad del ángel es: mantenerte ciego
o hacerte mirar como un cervato queriendo morir;
y ser pavoroso;
o también
la hondura de unas facciones:
el ángel terrestre, vuelto carne sacrificada,
que suda y no siente la diferencia
del césped arrasado que no se renovará;
y patea un balón
(el rapto del origen,
el arrobamiento de lo mundano,
la ternura derramándose en los campos)
como las esperanzas otros sueños más quiméricos.
Eres un arco tenso de luz austral.
Una imantación
para las brújulas, mi número impar.
Te quiero y te deseo
con la simplicidad del aire;
como el hombre, el ángel, el niño
y el demonio inocente quieren sólo ser.
Te he soñado en la procacidad de la idolatría
(el infierno ardía más que nunca
y alargué la mano),
como la esclavitud de todo sol sueña parpadear.
Y todavía, el humo de las disipaciones,
te vi entero.
Aleqs Garrigóz
Con esta sublimación yo no puedo sino quedarme con la boca abierta. Sin ser futbolera después de este poema miraré a Messi con otros ojos.
Brillante. Un abrazo.