No quiero ser tu olla a pasión
Él me quiere
y quiere
que yo viva
en una olla a pasión.
Me enciende
las hormonas
y las lleva a ebullición.
Después me cierra
con un vulgar tapón.
Pssss, pssss, pssss…
Se van cociendo
mis besos
y deshaciendo
mi furor.
Psss, pssss…
Entre medias me destapa,
solo un poquito,
para que no me pase.
Y me prueba,
pero a escondidas.
Un día vuelve
y me muerde,
rogándome
que me abra.
Pero,
eso sí,
con calor.
Yo le explico,
con las vísceras,
que la boca se me quemó;
que en cada silbido
de la olla a pasión
he perdido mis besos
y mis caricias;
que la lujuria se derritió.
Que ya no me encuentro
y que,
para mirarme,
quiero cocinarme yo.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»