La noche solitaria. Por Marcelo Galliano

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No hay una sola noche que no pase despierto,
la luna se hace negra tras el negro pinar
y mientras me desvelo dejo el postigo abierto
por si por esas cosas decides regresar.

A esas horas las aves parece que se han muerto
y conversan los grillos con su canto ancestral,
y algún que otro lucero se ha quedado en mi huerto
e ilumina el silencio, la brisa y mi cristal.

Y yo miro esas sombras inmensamente tristes
y con la angustia puesta me recuerdo que existes
y hasta pienso que el mundo se oscurece por ti.

Y así paso las noches como un pobre mendigo,
pidiéndole a Morfeo poder soñar contigo,
mas de qué sirve un sueño si tú no estás aquí.

 

Marcelo Galliano

Argentina

Un comentario:

  1. Ese lucero sí que ha sabido apreciar dónde había un sentimiento hermoso. Con razón se quedó para iluminárselo, Señor Galiano.

    Un abrazo.

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