La broma de la vida
Suenas muy bien.
En los aforismos de Coelho
pareciese que inofensiva
oro procesas todo lo que tocas.
Se te veía venir
tan de regalo vestida
en el azote primero que boca abajo
nos atizas para probarnos.
Ibas en serio dijo Biedma.
Yo te tomé
como se toma un jarabe malo,
con la nariz tapada.
El oxígeno es un bien escaso
para los
que vivimos en nombre
de la lluvia.
Hasta llegué a amarte
cuando entre las rendijas de las persiana
pensaba en la suerte del necio
como una posibilidad al césped
y sus júbilos.
Y daba vueltas y vueltas como un vaso
en un microondas buscando
el punto exacto donde calientas
pero no quemas.
Si he de ser sincera,
creo no haber consumido
todo el veneno que nos preparas.
Por ello te temo.
Más que a la misma muerte
yo te temo.
Al final no te pedía tanto.
Un par de cepillos siempre juntos,
un domingo y su paella familiar
con muchos tropiezos
(como piedras)
para volverlos a pisar.
Una lumbre, algún abrazo
y crecer como a ti te gusta
de fuera para dentro.
Pero a menudo eres dura
como una institutriz malhumorada.
Sé que eres un préstamo de carne
y un alma que
seguro también
tenemos que devolver.
Pilar Gorricho
Vivir en nombre de la lluvia nos expone a la intemperie de esa broma macabra de la vida.
Como siempre, maravilloso poema. No creo que Coelho tuviera nada que decir al respecto. Ni siquiera del oro y su complejo de rey Midas.
Quizás como mejor se palpa la vida es hablando de su contraria… Impresionante poema lleno de imágenes impactantes y originales.
Pilar, hoy tengo paella familiar y espero que los tropezones no sean esas piedras que nos arroja la vida. Enhorabuena.