Estirpe de manzanas
A mi madre
Yo fui varias mujeres:
mi madre y la madre de mi madre
fueron alfalfa para esta hambruna
de crines esqueléticas en la extensa cicatriz.
¡Ojalá seas alguien! gritaban
desde el rociado aljibe del primer fracaso,
alejadas de su propia tibieza con sus enaguas
de lluvia.
Me hice eco para ellas,
pero es inmensa la faringe solitaria
y se humedece cada signo
en el temblor de la estirpe, en la opacidad
de las alcobas. De rastros anacoretas
se preñan las almohadas,
y pájaros invernales
van colisionando
sus invertebradas alas contra el movimiento.
Entonces la ausencia; esa ausencia de tuétano
huérfano y suficiente se hace olvido,
y duele
( ya lo creo que duele)
saberse silencio.
La mañana y su oculto deseo de floración,
la piedra primera y su bramido.
Pilar Gorricho
Estirpe de manzanas, hijas de Eva, sucesión de dolor, piedra que brama. Silencio huérfano. La historia de la mujer en un poema.
Un pedazo de poema que introduce al lector a una alquimia muy especial a través de las palabras.
Una gran inspiración desde y hacia los orígenes: de levedad y su dolorosa consciencia.
Un abrazo.