Estatua
Hay una estatua de mármol en el centro de este parque,
¿sabes cuánto te ha querido?,
¿sabes cuánto ha esperado
que alguna estación te traiga?
Ese insignificante pedazo de mármol frío
ve cómo el polvo mágico
desciende del cielo
y desencanta a todas las demás estatuas:
se mueven, sienten aún,
sonríen, saben lo que son,
no están solas,
todas están vivas, todas
menos ella.
Hay una estatua de mármol en el centro de este parque,
y sobre una banca
con un puñado de hojas muertas entre los pies,
y no alcanzan las vidas para contar
las veces que se ha alegrado de no ser el único cadáver ahí.
De vez en cuando, pasas y la miras,
florece un corazón en ella,
despierta del letargo,
con los laureles caídos,
y comprende que el polvo mágico
viene, tal vez, de ti,
que viene, tal vez, de ti, lo que la haría vivir;
pero, si es que aún puede pensar, al verte, piensa:
ojalá se diera cuenta.
Chalico