Cúrame esa herida
que dejaste en mi ser,
con el fuego de tus besos
se me partió la piel.
Nada ya sin ti me queda,
hueco está mi corazón,
y con la mirada rota
vago ya por el mundo yo.
Quiero otra vez respirar
el aire de tu presencia,
volver de nuevo a amar
y no sentir más tu ausencia.
Siento como eco de ti,
y se me quiebra la vida,
una sombra en mi anida
desde que te perdí.
Maldigo ya la distancia
que me separa de ti,
y el alma se me vacía,
y me daña hasta el recuerdo.
Son las noches más largas
porque no estas tú,
y al refugio de mi almohada
lloro la separación.
Negra la alcoba fría,
y la vida sin color,
sólo siento ya dolor
y la entraña ya vacía.
Miguel de Asén