En donde se besan lo ilógico y la razón. Por José Francisco Mejía



Nadé por su pecho y
surqué el océano de la pasión y llegué
hasta donde se besan lo ¡ilógico y la razón!
¡Justo allí! en donde el tiempo se detiene, y el mismísimo
se jacta de ser ¡sublime y eterno!

En donde surgen ¡las altas temperaturas!,
en donde ¡tiemblas!, tiemblo, canto, sonrió
amo, ¡sueño! ¡sueñas! ¡amas! ¡corazones agitados!
te beso, me besas y así como los ríos en
el invierno ¡se desbordan!.

Así también florecen los campos,
porque las estrellas empapadas de sudor
brillan más en la oscuridad, ya que la noche
tuvo demasiada agitación.

¡No te detengas! ¡Sigue!
enséñame tu fuerza, tu poder, muéstrame el
camino y te juro ¡iré tras él!, continua llenando los campos
que las flores crezcan con mas brillo
que la soledad ¡viaje sin retorno!

Que los pájaros naden en vez de volar,
pero que tu amor ¡jamás se separe de mí!,
déjame para siempre escuchar los latidos, nadar,
cantar, soñar, amar y ser como el águila que
majestuosamente despliega sus alas y ¡felizmente vuela!



José Francisco Mejía Ramírez

Miembro de la: Sociedad Literaria de Honduras.
Red Internacional de Escritores (España- RIET)
La Unión de Escritores del Caribe y del Mundo.
Del Diccionario Latinoamericano de Poetas, con sede en Bogota Colombia.

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