1
Hervidero de conejos. El beso esquimal
es pretexto para degustar el ano.
Arborescencias en los límites de la luz:
atracción impostergable de los ungidos.
Caída y vértigo de la ascensión.
2
Espíritu de la mañana, no hay sendas imposibles
para la ambición que todo trastorna.
Dar mi frente emancipada
al salvajismo de los vergeles
es el precio justo: balance de dendritas crespas
y chorreos múltiples. Nata y betunes.
Entonces nos sometemos.
3
En verdad te digo: prostitúyeme en tus bares.
La pauta es –anatomía de la oferta–
un sorbo fantástico de cinturas:
barroquismo de sentidos
mordiendo el plátano que está muy maduro.
Así será tributado el filete.
Dejaremos correr las glándulas
sobre todos los valles:
rozaduras en los glúteos y marcas de dientes
testificarán la gravedad cero.
4
Porque la primavera
nos regala ya su polen,
el burro se hace indolente. Los vendavales
te dan sus dedos; y huelo tus axilas.
Así resucitamos del polvo
para rescatar al planeta: sólo lujuria
y nada más sobre lo creado.
Aleqs Garrigóz
Poema sensual y sexual donde juegan todos los sentidos y vibran, como en el título, las hormonas.
Enhorabuena.