Diminutas burbujas flotando de arriba abajo
entre un cielo oscuro y el húmedo perfume de las madreselvas.
Danza de brillos enlazando un collar de lágrimas mágicas.
Naturaleza fresca, limpia y fértil
que me atrapó,
siendo un niño,
desde el lado opuesto del cristal.
Ignacio Lacuesta Ceberio
La naturaleza siempre te atrapa desde la sencillez de su coherencia.
Igual que este hermoso poema.
Gracias por compartirlo.
Cierto brujita.
Observar la naturaleza es una oportunidad para ser feliz.
Un saludo