Cuando la tristeza entra por la ventana. Por Fátima Ricón Silva

 

Nadie la convoca, ni la busca, ni la reivindica,

mas ella hace acto de presencia sin invitación,

se cuela entre las grietas de la identidad.

Llega silenciosa y me pretende como un enamorado,

primero me acaricia tímidamente,

y paso a paso, febril, me araña y

me arranca el pellejo.

Me aniquila, me fulmina.

Invade mi cuerpo, me asola, me arrasa,

me anega entre los fluidos de la desesperación.

Busca y rebusca gozarme, dominarme y

acaba penetrándome voluptuosamente,

poseyéndome con un vaivén delirante.

Se introduce muy dentro de mí y

llega hasta el corazón,

reventándolo,

estallándolo……

…… de pena.

Puta tristeza.

 

Fátima Ricón Silva

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