Ausentes. Por Marcelo Galliano

 

 

Adiós, mujer, ¿lo notas?, se esfumó la esperanza,
esa que confundía tu dolor con mi ansia,
esa anémica hermana postiza de la fe
que lleva a imaginarse lo que ya no se ve.

Somos la tibia brasa, un resabio de fuego,
coreografía aprendida cual de memoria un juego,
somos la sed enferma tendida en un brocal
sin animarse al pozo que la trató tan mal.

Ya no puedo escribirte sonetos en tu espalda,
ni me llama las manos el ruedo de tu falda,
no me tienta el silencio para ponerle voz,
ni esta cama vacía donde yacemos dos.

No te ríe mi risa, ni inquieta mi pasado,
no te urge mi deshora, mi piloto mojado
no lleva a preguntarte con quién me fui a soñar,
no te mata un perfume, no te daña esperar.

Ni siquiera un bocado de aspirina y reproche,
con su presencia amarga, nos endulza la noche.
No existe otro pecado peor por cometer:
los dos nos hemos ido, y los dos sin saber.

ausentes

Marcelo Galliano
Jurado del VIII Certamen «Poemas sin Rostro»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *