Mi particular “Ensayo sobre la ceguera”. Por Mercedes Martín Alfaya

Mi particular “Ensayo sobre la ceguera”

Mercedes Martín Alfaya

Siento debilidad por ciertas cosas (como todo el mundo, claro). Reconozco que esta carencia de energía o vigor en las resoluciones del ánimo, nos convierte en vulnerables.
Pero es que a mí, de vez en cuando, me encanta desprenderme de esa coraza social que nos impone un mundo cada vez más competitivo, y acercarme a la natural esencia del ser humano. Emocionarse es disfrutar un instante de fragilidad momentánea; dejar que se nos cuele en lo más profundo el duende de las pequeñas cosas: a través del arte, la música, los niños, la belleza… Por lo general, consentir que se te escape el alma por los ojos mientras escuchas una canción, te acuerdas de alguien o contemplas una fotografía, parece que no está bien visto: porque la emoción, intensa y pasajera pero reiterativa, se asocia (de forma errónea) a las personas débiles. Es por eso, que estos momentos de dolorosa plenitud solemos disfrutarlos a solas; y desde luego, contarlos poco.
En aras de romper con los estereotipos que modelan y acartonan nuestra vida, os muestro algunos de mis puntos débiles; esos que me desbordan los ojos para que no se enquisten.

Me derrito con los niños, el saxo (con “a”), los silencios compartidos, los ojos atentos… Me emociona la creatividad, la paciencia incompleta de la luna, las palabras a tiempo… Me conmueve la tristeza, la soledad, el desencanto… Siempre lloro con los finales felices. Y si pudiera, sería el guardián entre el centeno.

Os dejo uno de mis temas favoritos (interpretado por un artista de lujo: Kenny G.) y una foto que me gusta mucho; no sólo porque estoy con la Consejera de la Comunidad de Madrid sino porque me acompañan los niños.
Ea, a disfrutar (que no todo va a ser gerundio).

 


Mercedes Martín Alfaya
Blog de la autora.

 


4 comentarios:

  1. Que exquisitas palabras.
    Es cierto que en una gran cantidad o en pocas pequeñas cosas encontramos lo mejor de nosotros mismos y lo que mas felices puede hacernos. Pero a veces, nos mudamos a la busca de cosas que no por altas o importantes están fuera de nuestro alcance, sin darnos cuenta de que no son esas las que nos ayudan y nos complementan.
    Espléndida forma de comunicar ese disfrute.

  2. Isabel Muñoz Vázquez

    Que razón y que triste, a la vez, que ocultemos esos pequeños detalles de la vida que nos hacen reír, llorar, sentir que estamos vivos en definitiva y que la sociedad lo interprete como un símbolo de debilidad, cuando es todo lo contrario.
    Un muro frío de piedra no siente, ni le fascina nada, pero es admirado.
    Pero la planta que lucha por pasar el frío invierno con vida, los acuaceros del otoño, hasta la llegada de la primavera sólo es un elemento de compasión.

  3. Bellas palabras las vuestras a este escrito. De esta forma merece la pena compartir.
    Muchas gracias y muchos besos.
    Mercedes.

  4. «Pero es que a mí, de vez en cuando, me encanta desprenderme de esa coraza social que nos impone un mundo cada vez más competitivo, y acercarme a la natural esencia del ser humano.»
    Suscribo estas sensaciones de «Pe» a «pa».
    Muchos besos Mercedes :))

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