El lector no es tonto. Por Anita Noire

Sé quién eres
En el marco de la Semana de la Novela Negra de Barcelona 2015, la escritora islandesa Yrsa Sigurdardottir presentó, entre una gran expectación de los medios, su novela Sé quién eres, publicada por Random House.
Durante los últimos años no son pocos los escritores nórdicos que copan el género de la novela negra. Parece como si el hecho de tener un nombre absolutamente impronunciable y un escenario helado fueran garantía suficiente para escribir una novela de calidad que otorgue el éxito de la crítica y, lo que es más complicado, colmar las expectativas de los lectores.Sigurdardottir
Sin embargo, la última novela de Sigurdardottir es la prueba de que no es así. La combinación de crímines y fantasmas no siempre funciona. Ese es solo uno de los no pocos problemas de la novela. Psiquiatras, policías, cabañas, niños desaparecidos y simbología religiosa, todo agitado hasta convertirlo en una historia, necesitan de mucha maestría para que cuajen bien y no parezca un simple catálogo al uso nórdico de los elementos a mezclar en una novela negra. Y en este caso, sin querer poner en duda la gracia o el oficio que pueda tener la escritora, esos ingredientes tan golosos, por mal combinados, en esta novela no solo no funcionan sino que a poquito que uno le ponga interés puede terminar con una sensación de estafa importante. Quedan un sinfín de interrogantes abiertos, los protagonistas son tan insulsos que uno no sabe a quién tiene enfrente, son tantos flecos colgando, tanta historia traída por los pelos, que, cuando se llega a las últimas páginas del libro, la sensación de tomadura de pelo es mayúscula.
Quizá debemos empezar a poner en cuarentena toda esa caterva de libros y de escritores de nombre impronunciable a la hora de leer novela negra, pues no son pocas las ocasiones que, aprovechando el tirón de la saga Stieg Larsson,  se lanzan productos al mercado sin madurar a modo de carnaza (congelada, eso sí) para alimentar a lo bruto. El lector no es tonto, no todo vale y eso deberían tenerlo en cuenta no solo los escritores sino también las editoriales.

Anita Noire
Blog de la autora

Un comentario:

  1. Lo de las editoriales es incluso entendible, al fin y al cabo detrás está el negocio piraña de la oferta y la demanda.
    Lo que efectivamente a mí me entristece es que quién tenga la suerte de exponer sus historias o sus letras y, amparado por no sé qué idea de libertad comunicativa se ciña a lo chabacano y a lo fácil, y con esa misma libertad exprese una falta de respeto hacia el lector.
    Definitivamente Anita suscribo tu pensamiento y es que efectivamente el lector no es tonto; a veces incluso nada tonto y a veces, incluso tiene derecho a que se le trate con una cierta dignidad desde las páginas.
    Esos galimatías incoherentes que ciertos autores nos intentan calzar haciendo un desprecio absoluto, (si no a nuestro bolsillo, sí a nuestro tiempo) desde sus letracas, deberían directamente lucir su pluma en una bonita vitrina bajo llave en cualquier museo freeke de moda.

    Un abrazo Anita y gracias por tu trabajo.

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