Revolver en el baúl de las sonrisas para elegir las mejores.
Coser los agujeros por donde se escape la alegría.
Tirar al pozo la bandeja de promesas caducadas.
Coleccionar suspiros que le gusten a tu corazón.
Fabricar caminitos de mermelada para las hormigas.
Hacer nudos con las mariposas que no quieran separarse.
Colgar cascabeles en las cortinas del horizonte.
Ventilar los armarios de la memoria.
Tender el sol en las ventanas.
Desenredar la madeja de los sueños.
Depilarte los malos pensamientos.
Seguir el rastro de las gotas de lluvia en los cristales.
Arrojar al pozo las piedras que rompen los bolsillos.
Guardar besos en las cajas de bombones.
Regalar cajitas de música con bailarina.
Barrer las sombras.
Recortar las esquinas de las calles sin salida.
Planchar las velas de los barcos para que el viento no se esconda en las arrugas.
Mojar los días nublados en el café.
Cepillar las alfombras de la duda.
Mercedes Martín Alfaya
Bonitas tareas. Pena que no nos enseñaran en la escuela.
Enhorabuena por tu premio Mercedes, me encantó tu relato.
Un beso
Con esas tareas recibiría más feliz cada día. Felicidades, me gusta mucho tu escrito.
Una lista que deberíamos tener presente al levantarnos por la mañana. Seguro nos haría más llevadero el día, haría que los problemas cotidianos nos parecieran menos importantes y nos ayudaría, también, a centrar nuestra atención en lo realmente importante de la vida. Gracias por este pequeño poema-prosa-lista-mantra.
Andrés Borbón.
Interesante. Tiene un halo poético.
Saludos.
Muchísimas gracias por vuestros comentarios a mis tareas cotidianas. Ha sido un bonito regalo de vuestra parte.
Besos de invierno con libro y chimenea.
Mercedes.