Leo un artículo que me conmueve.
Que me extrae, de lo peor de mí misma, lo mejor de mí misma:
Dejar de querer
para empezar
a amar…
Me perturba tanto que hoy mi blog será un examen para intentar aprobar en el caliente corazón de los humanos.
Cuando queremos,
somos egoístas porque
sólo buscamos lo que
deseamos.
Pero si amamos,
somos generosos
porque damos lo
mejor de nosotros.
Es fácil:
Llegas a casa,
con el sudor del día
en las entrañas y
con la frente
marchita de ilusión.
Como te quiero,
te exijo que me
abraces y,
(por qué no)
que hagamos
el amor.
Pero hoy,
estoy cambiando…
Y cuando vuelves
a casa,
te beso en la
nuca y
te pego una
ilusión en la
espalda.
Como te amo,
te quito los
zapatos y te
arropo.
Tampoco pasa
nada si hoy
(aunque no me toque)
quito yo
la mesa…
Yolanda Sáez de Tejada
Blog de la autora