Creo que vivo en un mar de inquietudes y mi vida profesional ha ido padeciendo todo tipo de metamorfosis debido a ello. He estudiado Administración y Dirección de Empresas, he trabajado en distintas empresas en funciones administrativas, me he quemado, he estudiado diseño gráfico y web para quitarme una espina clavada (la de mi faceta creativa) y ahora me dedico, oficialmente, o al menos es lo que digo que me da de comer, a ofrecer soluciones de imagen corporativa y diseño web a través de una marca personal que se llama Rising Dodo.
No contento con esa primera metamorfosis laboral, y sin haber llegado a comer mucho de Rising Dodo, ahora estoy volcado en un nuevo proyecto que ha nacido de otra espina clavada —en otra vida debí de ser un puercoespín—, la de escribir. No me considero novel, ni mucho menos escritor. Nunca (o todavía) no me ha dado por plantearme intentar vivir de ello. En lugar de ponerme a escribir yo, directamente, parece que me ha resultado más fácil dar forma a un proyecto en el que otros pueden participar en la composición de una historia, de manera solidaria. Esta nueva empresa mía se llama Nestence, aunque técnicamente no es una empresa aún. Y posiblemente no lo sea nunca, dado que se nutre de la solidaridad de personas a las que les gusta escribir —me imagino que ya empezaréis a vislumbrar por qué estoy yo aquí—.
He tenido el placer de coincidir y conocer a la Presidenta de la Asociación Canal Literatura en el II Congreso de Escritores Noveles, celebrado recientemente en Gijón, y me ha abierto el portal de este edificio en el que todos tenéis un piso, permitiéndome picar en vuestra puerta, para invitaros —ya llegó— a participar en Nestence. En nuestra herramienta ya hay unos cuantos #relatossociales fabricándose, en cuya construcción participa un (aún) incipiente número de personas, concursando por aportar las mejores ideas para hilar cada historia. Todos y cada uno de los relatos que terminemos con éxito los editaremos y los venderemos para destinar el 100% de la recaudación a causas sociales. Mencionaremos a todos los que hayan conseguido ser autores.
Os remito directamente a la web de Nestence donde todo el mundo puede registrarse libre y gratuitamente.
Miguel Ángel Morales
Es una idea fantástica en todos los sentidos. Me acabo de registrar y solo me ha dado tiempo de echar un ojo, pero ya he visto algunos fragmentos muy buenos y creo, además, que se puede aprender mucho con la experiencia.
Eso en cuanto a la parte creativa, pues debo decir que lo mejor es el fin en sí. Ahora más que nunca hay que construir una sociedad solidaria en la que los escritores, sean principiantes o ya consagrados, están obligados a jugar su papel como agitadores de conciencias, no solo a hacer la vida más amable con sus historias (que también).
Con tu permiso, voy a compartirlo, a ver quién se anima.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Elena, por tus amabilísimas palabras.
La verdad es que los participantes se esmeran, independientemente de su experiencia previa con la pluma. Por un lado está el reto de concentrar tu habilidad narrativa en 250 caracteres, junto con la posibilidad de convertirte en autor oficial del relato si alguna de tus ideas gana, a lo que se suman las recompensas que muchas veces ofrecen los mecenas…
Pero como muy bien apuntas, lo principal es que todo el mundo lo hace sabiendo que hay buenas causas detrás, a las que apoyaremos si terminamos los relatos con éxito. Y para eso necesitamos que confluya mucha gente, así que ¡por supuesto, no dudes en compartir!
Un abrazo.