ESCAPAR DE LA CAVERNA (soliloquio dedicado a Antonio Buero Vallejo). Por Salomé Guadalupe Ingelmo

 

 

A Antonio Buero Vallejo, paladín de la luz

 

En el cuarto oscuro de las fotos
dejo una postal
con un ciruelo en flor.
Niji Fuyuno
Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra.
Helen Adams Keller

 

Se va haciendo una luz tenue. En primer plano, las paredes de un túnel excavado en una roca de cartón piedra inconfundiblemente negra: estamos en una mina de carbón. Al fondo del escenario, un cuerpo aovillado da la espalda al espectador. Se alza y avanza encorvado, torpemente, como si casi hubiese perdido el hábito de vivir de pie, hacia el patio de butacas. Se para más o menos en el centro del escenario. Sus ropas están hechas jirones y, como todo él, tiznadas de negro. La barba entrecana, larga y descuidada. Los ojos, hundidos y ojerosos. Está demacrado; pero su cuerpo fibroso, lejos de parecer quebradizo, se diría correoso e indestructible. Arrastra pesadamente algo, unos grilletes con una bola que entorpece su avance. Al aproximarse al público, éste puede ver que dicha bola es un globo terráqueo.

Sobre la noble cabeza lleva un casco de minero encendido. En una de sus manos sujeta un pico muy desgastado. Ha de ser un esclavo de Roma, condenado por el Imperio a vivir en la oscuridad. Probablemente habrá sido enviado a trabajos forzados por discrepar, por rebelarse y no aceptar sumisamente el destino impuesto por otros. O simplemente, por no haber nacido en el seno de la casta privilegiada.

ESCLAVO:

–¿Qué veo al final del túnel? (Ilusionado por unos segundos.) A lo lejos, una luz se enciende. (Súbitamente suspicaz.) Pero podría tratarse de una trampa: son astutas sus artimañas… (Acariciando agradecido la linterna de su casco.) No, debo confiar sólo en la luz de mi cabeza.

¡Yo soy Espartaco! Esclavo me llaman porque de esclavo nací… Eso dicen ellos. Se empeñan en creer que, encerrando a un hombre, encerrarán también su pensamiento. Que, tratándolo como una bestia, se convertirá finalmente en eso. No entienden que con estas manos, con estas mismas dos manos, sólo con estas manos, un hombre puede cavar su fosa o construirse sus alas. Y salir volando del laberinto. (Mira hacia arriba, hacia un cielo que ni siquiera se adivina, melancólico pero aún esperanzado.) Con las mismas manos. (Con aire soñador, mientras agita la mano en la que no sujeta el pico.) Sus insensibles corazones no quieren aceptar que mi pensamiento es como un pájaro: siempre libre. Sus grilletes no pueden encadenarlo. (Repentinamente combativo.) Se obstinan en tenerlo prisionero de esta caverna oscura: quieren que sus alas se atrofien y su voz clara se quiebre; que deje de volar y cantar para que nadie pueda verlo ni oírlo. (Ahora, melancólico.) Y entonces, piensan, tendrán definitivamente la razón de su parte. (Persuasivamente, como intentando convencerse de sus razones: como si hubiese pasado tanto tiempo allí preso, que empezase a dudar incluso de ellas.) Pero no es razón la razón de la fuerza, sino argumento perverso. Y porque yo aún lo sé y lo digo, me tienen aquí encerrado, cautivo. (Gritando.) ¡No soy un animal! (En sobrecogedores susurros, con la mirada perdida y aterrada: quizá, sopesando la posibilidad contraria.) No lograrán convertirme en una bestia. Son rencorosos; no perdonan. No perdonan porque yo poseo lo único que ellos no pueden comprar con dinero. No me lo arrebatarán: soy dueño de un alma y un intelecto. (Irguiéndose, reconquistando un orgullo casi olvidado.) Y la oscuridad no puede confundirlos; ven con total claridad incluso en estas galerías, enterrados en vida. Ellos dos, sirviéndose de la persuasiva voz de la conciencia, me dictan lo que está bien y lo que está mal, lo que es justo y lo que resulta abominable. (Encendiendo el casco.) No, no he de fiarme de las apariencias: lo único cierto es la luz de mi propia cabeza.

(Soltando el pico y mirando las palmas encallecidas por el duro trabajo y, ahora, crispadas.) Si pudiese excavar en la conciencia ajena, lo haría con mis manos desnudas. (Apretando los puños, con decisión y entusiasmo.) Dejaría las uñas y la vida en ese intento. (Definitivamente desalentado.) Pero temo descubrir lo que hay debajo: en algunas conciencias, cuanto más excavas, más suciedad encuentras. Las hay negras como la pez. Hondas como un pozo sin fondo, por cuyas altas paredes ni la lucidez ni la piedad trepan.

(Apoyando la mano sobre una de las paredes de la gruta.) Hasta esta roca firme, que parece eterna, ha de quebrantarse un día bajo el peso de mi acometida. Si no es hoy, será mañana. Si no es mañana, será otro día. (El volumen de su voz ha ido aumentando, recobrando convicción.) Si he excavado hasta aquí, puedo excavar también hasta alcanzar la huida. La manumisión es sólo cuestión de tiempo, obra de perseverancia.

Del techo se descuelga una reja lentamente, mientras el personaje avanza. Para cuando llega al borde del escenario, ésta se encuentra ya a la altura de su cara. Se aferra fuertemente a los barrotes y mira a lo lejos, hacia lo alto.

(Serenamente.) Pido la voz por derecho. Porque aún me queda, quieran ellos reconocerlo o no, la palabra.

Entonces abre la boca y de ella sale una mariposa blanca de gasa que, enganchada a hilos trasparentes lo suficientemente gruesos como para que resulten bien visibles, revolotea artificialmente en la misma dirección de la mirada. Un foco la sigue en su vuelo mientras se aleja, al tiempo que la luz en el escenario disminuye. Hasta que la mariposa está tan lejos que la oscuridad se vuelve total.

TELÓN

 

Antonio Buero Vallejo por Alejandro Cabeza_Museo Nacional del Teatro

Antonio Buero Vallejo por Alejandro Cabeza, Museo Nacional del Teatro

 

Retrato de juventud de Antonio Buero Vallejo, por Alejandro Cabeza. Óleo sobre lienzo. Museo Nacional del Teatro ( http://museoteatro.mcu.es/ ).

Salomé Guadalupe Ingelmo

 

Salomé Guadalupe Ingelmo

Salomé Guadalupe Ingelmo (Madrid, 1973). Formada en la Universidad Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Università degli Studi di Pisa, Universita della Sapienza di Roma y Pontificio Istituto Biblico de Roma, se doctora en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Miembro del Instituto para el Estudio del Oriente Próximo de la UAM, desde 2006 imparte cursos sobre lenguas y culturas mesopotámicas en dicha Universidad. Ha recibido premios literarios nacionales e internacionales. Sus textos de narrativa y dramaturgia han aparecido en numerosas antologías. En la última década ha sido jurado permanente del Concurso Literario Internacional “Ángel Ganivet” (Asociación de Países Amigos, Helsinki, Finlandia) y jurado del VIII Concurso Literario Bonaventuriano (Universidad San Buenaventura de Cali, Colombia). Publica asiduamente ensayos literarios, tanto académicos como de divulgación, en diversas revistas culturales y medios digitales nacionales e internacionales. De entre los últimos: “Literatura testimonial: justificación personal o voluntad de utilidad histórica. Dos testimonios de Sonderkommando en Auschwitz”, en Revista Destiempos (México) n. 42, Estudios y Ensayos, Diciembre 2014-Enero 2015, p. 50-86 (destiempos.com/n42/Ingelmo.pdf); “Casi once años sin Terenci Moix: la herida de la esfinge no cicatriza” , en Luz Cultura 24 de enero de 2014 (luzcultural.com/?p=306); “Dorian Gray ayer y hoy: Retrato del seductor sin edad”, en Revista Almiar - Margen Cero III Época Nº 74 / mayo-junio 2014, 14/05/2014 (margencero.com/almiar/dorian-gray-oscar-wilde)... Sus críticas de cine suelen aparecer en la revista digital Luz Cultural (luzcultural.com/?author=9) y en el diario Luz de Levante (luzdelevante.com). Prologó El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde (Editorial Nemira, 2009). Desde 2009 colabora ininterrumpidamente con la revista digital bimestral miNatura: Revista de lo breve y lo fantástico (servercronos.net/bloglgc/index.php/minatura), en la que han visto la luz sus microtextos de género fantástico, de ciencia ficción y terror. Ha sido incluida en Tiempos Oscuros: Una Visión del Fantástico Internacional n. 3 (especial monográfico sobre el estado actual del género en España; (servercronos.net/bloglgc/index.php/tiempososcuros/2014/07/04/revista-digital-tiempos-oscuros-no-3) y en varias antologías de la editorial Saco de Huesos. Un compendio de sus obras narrativas pertenecientes a los géneros de terror y ciencia ficción puede consultarse en la Biblioteca Tercera Fundación (tercerafundacion.net). Más información sobre el resto de su producción literaria en sites.google.com/site/salomeguadalupeingelmo y salomeguadalupeingelmo.blogspot.com.es.

2 comentarios:

  1. Elena Marqués

    Emocionante y significativo soliloquio con tu voz personal y poética (siempre).
    Un gusto leerte.
    Abrazos, Guadalupe.

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