En la calle sin nombre el sol no se pone. Por Amelia Chaves Macias

En la calle sin nombre el sol no se pone. Llueve ferozmente empapando tejados sin estrellas que rezan al olvido.

La calle sin nombre es una travesía hacia la nada, acolchada de lodo escupido de una tierra ahogada y maldita.

En la calle sin nombre

Por la calle sin nombre deambulan sin destinatario abrazos no alumbrados, con sarcasmo en su rostro y ojos presumidos.

En la ermita de la calle sin nombre canta una ramera vestida de lentejuelas con voz grosera, lijando bolsillos de migajas de ternura, desgañitándose perenne.

Huele en la calle sin nombre a orín y a diente roído por alcohol, fracaso y espectros que jadean; huele al sudor de la miseria y a greñas enmohecidas.

No corre la brisa por su espacio, se suspende hedionda sobre esqueletos estancados que extienden sus venas ansiosas hacia la farmacia de cualquier esquina.

No existen rectas en la calle sin nombre, todo gira en un círculo inmutable sin tiempo, sin rostro, sin medida.

En la calle sin nombre la inocencia no respira, camina sobre llagas abiertas, sobre piedras encendidas.

En la calle sin nombre una señal de «sin retorno» señaliza grotesca la puerta de salida.

En la calle sin nombre se apaga una farola todos los días y entonces un apátrida más del mundo mendiga su existencia sin rumbo sobre la cuerda floja.

Amelia Chaves Macias

Premio especial del público del VIII Certamen «Poemas sin Rostro»

 

22 comentarios:

  1. En la calle sin nombre se mueven unos ojos capaces de exprimir poesía de una esquina sucia, una voz extraviada y la noche eterna.
    No dejes nunca de mirar y de contarnos.
    Miles de besos.

    • El que mejor miraba era el principito pero una hace lo que puede Elenita …

      Tu también tienes mirada de princesita.

      Besazos y gracias.

  2. Precioso, reflejo de la sensibilidad tan especial que te caracteriza… Siempre es un placer leerte
    Besazo

  3. Antonio Marchal-Sabater

    ¡Magnífico! No se me ocurre nada más.

  4. Solo los que hemos transitado esa calle sin nombre sabemos que en su laberinto de sombras existe una salida. Enhorabuena por tus imagenes y esa metáfora preciosa que es todo el texto. Un beso.

  5. Amelia, este canto a la otra cara de la luna, del sol, a lo que está siempre oculto: real o metáfora de tantas cosas. Da igual. Nos has hecho visitar, deambular, como almas en pena (no puede ser de otra manera) esas calles que deliberadamente olvidamos. ¿Quién quiere contemplar la miseria, la depravación, la degradación, la dependencia, el desamor, el dolor… Y la muerte? Nadie.

    Tú, has conducido mi mirado al otro lado; contigo he cruzado la frontera, la orilla. Y lo has llenado de poesía. Tanto es así que vuelvo a la vida llena de agradecimiento a ti, Ameli, por haberme hecho recordar que no todo el mundo es tan afortunado y que una mirada sensible saca belleza hasta de lo que parece indigno. Excelente, amiga. Besos.

    • Yo siempre aprendo de todos y de todo; lo que dudo es que llegue a aprender la manera tan especial que tienes de comentar.

      Siempre tan entregada en todo lo que haces; lo valoro muchísimo, todo lo haces siempre dando lo mejor de ti.

      Besazos mi querida amiga.

  6. En la calle sin nombre nunca se hace de día. La luna es dueña y señora de cada portal, de cada irregular adoquín, con sus historias de miedos, de supervivencia y también de superación y alegría, esa alegría contagiosa que solo nace en los lugares olvidados del mundo.
    Y hoy la calle sin nombre está alegre. Alguien le ha puesto nombre. Unos dicen que ha sido una narradora, otros que una poeta… incluso hay quien jura por lo más sagrado que ha sido una mujer, simple y llanamente, con esa sensibilidad que tienen los que ponen nombre a las cosas. Lo ha hecho sencillamente, como cae el rocío de los pétalos de las rosas por la mañana, como el gorrión emprende el vuelo después de dejarse caer al vacío para remontar y llegar a lo más alto.
    Y hay quien dice saber qué nombre tiene ahora esa calle. Ese nombre es… ESPERANZA.

    Precioso relato, amiga mía. Cada día me sorprendes más, y eso me alegra. Sigue haciéndolo. Un abrazo de esos que no saben de tiempos ni de espacios.

    • Hay que ver cómo remata mi Segis cualquier texto!!

      Que sí Segis, que los abrazos si saben de distancia y de tiempo, en la añoranza.
      Siempre mi amigo, al pie de mis letras, siempre poeta grande y gran persona.

      Millones de besos siempre y mi cariño.

  7. .
    Ya le han puesto nombre a tu anónima calle y le han visto salida a ese túnel de vértigos, a mí solo me queda decirte que he sentido en tu poema el aliento y la cadencia del versículo bíblico, la fuerza del Libro de Job o de los Salmos. Te he visto como la mujer con alcuza en el tren de tiniebla de Dámaso o como la mujer que vaga insomne en la aurora desvaída neoyorkina. Sabes nombrar la desdicha agazapada en cada sombra de cada portal, en cada temblor de farola, en cada olor acre, en cada ‘migaja de ternura’ pordioseada.
    No hay quien te pare, Ameli, cuando te desatas y nos pillas a todos con la cara de diario, sobrecogidos por ese rumor lejano que se acerca y crece y se hace estruendo en cataratas de imágenes, tolvaneras de palabras sacudidas por esa especie de tornado que es tu verbo poético. Enhorabuena, y gracias por compartirlo.
    Un beso enorme.

    • Gervasio ,que auténtico lujo de comentario!!. Muchísimas gracias por leer ,y tengo que pedirte desde aquí a modo de encerrona, que por favor, no nos dejes mucho más tiempo esperando esa pluma.
      Ponte a ello, cuatro versos tuyos son todo un mundo prodigioso para los que tengamos la suerte de encontrarlo.
      Un fuertísimo abrazo para tí.

  8. Es muy bueno, pero un poco triste, por lo demás, siempre muy bien escrito, la poesía y las figuras excelsas, ojalá yo pudiera articular una prosa asi!

  9. Hola claude:

    La realidad tiene sus luces y también sus sombras. Unas veces la longitud de esas sombras se alarga, intentando desesperada alcanzar un sol que habita al otro lado del mundo.
    La calle sin nombre es real en cada ciudad. A veces es todo un distrito otras incluso más y, hasta la más pequeña callejuela sin nombre se apaga a veces sin una sola mirada compasiva.
    A veces simplemente nos quedan palabras para intentar prender siquiera una pequeña luz …

    Muchísimas gracias por tu comentario. Un abrazo.

  10. Con tus palabras, amelí, nos has sacado a la luz esa calle que todos llevamos dentro. Esos espacios por donde todos, más de una vez, nos hemos perdido, necesariamente, para luego salir. La fuerza de tu expresión, las palabras elegidas, las imágenes sugeridas, son un espejo donde se reflejan algunas vivencias que todos hemos tenido en esa calle. Sigue regalándonos esas estrellas de luz literaria que nos alumbran en nuestras calles de cada día.

  11. Querida Ameli, he olido esa calle a través de tus versos, he sentido la soledad, el frío, el abismo. Menos mal que por ellas pasan, a veces, almas con luz que iluminan de sentidos y de sentimientos para que no se apague nuestra respiración. No dejes que la oscuridad se adueñe de la calle. Dos besos y tres mariposas que te quieren y te admiran con la misma intensidad.

  12. Mati preciosa hada la admiración es mutua y el cariño también!

    Abrazo de los de espachurrar.

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