CRISIS ECONOMICUS TARDIDESCUBIERTUS. Por Dorotea Fulde Benke

CRISIS ECONOMICUS TARDIDESCUBIERTUS

Érase una vez un invernadero abandonado en el cual nadie regaba las macetas ni eliminaba las malas hierbas. Muchos proyectos de planta se atrofiaban y se iban extinguiendo lentamente; otros malvivían en las estanterías más bajas sin poder desarrollarse. Y en los alrededores del invernadero -que había visto tiempos mejores- también se producían cambios y empeoramientos. El día y la noche jugaban al escondite, la primavera se fundía con el verano y este con el otoño y, cuando llegaban las lluvias del invierno, les faltaban fuerzas o caían con granizos y ventoleras repentinas. En una de esas tempestades de agua y aire, se rompieron algunos de los ventanales del techo del invernadero y las macetas del estante superior tuvieron un riego repentino y estimulante. Brotaron sus semillas y las plantezuelas aumentaron de tamaño como si fueran bambúes… sin embargo no lo eran, sino que en los rótulos de sus tiestos se habían anotado distintos nombres que tenían algo en común: todos empezaban por ‘crisis’. Transcurría el tiempo cronológico -que, si bien algo acelerado, se mantenía más o menos dentro de los parámetros conocidos- y las crisis ya tenían tallos endurecidos y echaban flores seductoras y de fuertes perfumes que duraban poco y se marchitaban en seguida. De modo que todas seguían creciendo, pero ninguna como la del tiesto que estaba en medio del estante. «Crisis Economicus tardidescubiertus» ponía en la pegatina que diferenciaba su macetero de los demás. Lloviera o nevara, hiciera sol o viento, esta planta crecía y crecía. Su floración era insignificante, las hojas ni verdes ni amarillas; protegía sus ramas y astillas con largas púas, y su olor se notaba desde lejos. Ha llegado a romper el techo (del invernadero) extendiéndose con avidez hacia las plantas del exterior y últimamente sus tentáculos atacan incluso a árboles centenarios del entorno…
Dorotea Fulde Benke
Blog de la autora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *