Carmín. Por More

Colores

… Y no estaba claro su silencio, cabeza abajo, la gorra en la mano izquierda y, en la derecha, una botella azul, ginebra parecía. El faldón de la chaqueta de pana se había vuelto sobre su espalda encorvada y, de algún bolsillo interior, aparecía el pico de un sobre, manchado de rojo. Los zapatos aún conservaban cierto lustre, como de haber sido limpiados recientemente y con oficio. Nada delataba su posible ocupación y, sin embargo, algo indescriptible me decía que tenía que ver con el mar, en todo caso no era un guripa cualquiera. En la mitad del rostro que era posible ver por su posición destacaba un gran y muy cuidado bigote, un lunar bajo un ojo, grande y saltón, que visto con su par inspiraría más dudas sobre su cordura y un mentón prominente y afilado. El pelo lacio, era ralo ya…
La tumba había sido recientemente abierta y excavada por lo que la tierra que la circundaba estaba fresca todavía, conservando las huellas que Sebastián había firmado antes de caer, totalmente fuera de sí, en su interior.

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