Aquel armario viejo. Por Juana Fuentes

 

AQUEL ARMARIO VIEJO

 

Buscando algunas cartas en un armario viejo, brotó con sutileza un recuerdo familiar a espliego y naftalina. Y me habló el sollozo inacabado de miles de polillas apresadas bajo la densa oscuridad del abismo.

Pensé que era el silencio por años contenido en el armario quien lloraba, deseando mostrarme los secretos escondidos de mi infancia, ya tan olvidados. Y dejé que me hablara, por si así los que hoy me atormentaban quedaban rezagados en mi memoria.

No quise después cerrar las puertas para que pudieran respirar, sosegadas, las polillas. Y se marcharon, apresuradas, persiguiendo unos destellos amarillos en la noche que las llamaban, ilusionándolas, desde el otro lado de la ventana.

AQUEL ARMARIO VIEJO

Juana Fuentes

Blog de la autora

 

2 comentarios:

  1. Orear los recuerdos Juana, desempolvarlos y libertarlos en busca de algún destello que nos permita iluminar lo que fuimos, quizás, para reencontrarnos con lo que somos.
    Muy hermosa metáfora. Un abrazo.

  2. Preciosa reflexión cuando me pillas justo entre fotos y cartas de hace 43 años. amarillentas y guardadas con muchos remiendos, pero vivas en mi recuerdo con intenso olor a vida pasada o presente continuo.
    Pero voy a dejar las carpetas al aire y no cerraré el armario, me hace bien volver a ellas y rememorar las cosas, las palabras y las personas que me han hecho ser lo que el espejo me muestra hoy.
    A veces creo que eres una brujabuena que intuye que ando haciendo.
    Besos querida amiga
    Luisa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *