Mi madre reposaba en la misma cama donde había dormido los últimos cincuenta o cincuenta y cinco años, ya no recuerdo, a medida que pasa el tiempo la memoria me va abandonando igual que se hunde un piedra en un río para no salir jamás, y ser 27 años más joven que ella, no implica que no haya comenzado a contar mi quinta década en esta vida que tan pronto nos es grata como se convierte en la piedra en nuestro zapato.
¡Como hubiera deseado que mi amada Antonia estuviera aún con nosotros. ¡Ella sabía manejar esta situación como nadie…! Pero yo…
Mi padre acaba de despertar de su siesta y como todas las tardes necesita que lo aseen, y hoy Luci, tarda más de lo normal… ¡Cómo no va a tardar! Sus escasos veintidós años la atan tan firmemente a la calle, que seguro que venir a esta casa todos los días debe de ser un tremendo suplicio. ¡Pero, qué caray! ¡Es su trabajo…! Vaya trabajo…
-Tranquilo papá ya no debe de tardar.
El olor a orín es tan penetrante que se me hace difícil respirar, ¡y soy su hijo!
– ¡Voy mamá!
La pobre no tiene la culpa, pues cierto es que no sabrá el motivo, pero hoy está más inquieta que de costumbre. Tanto movimiento añadido está haciendo que las llagas de su espalda se froten innecesariamente sobre la sábana.
Pero mi padre no está menos raro, incluso me ha pedido un cigarrillo, ¡cosa que no hacía desde catorce años atrás cuando dejó el tabaco, tras su segundo ataque al corazón!
– ¡Cielos, no! ¿Papá que haces? ¡Sabes que no debes levantarte tú sólo…! Ven siéntate aquí en esta mecedora junto a mamá. ¡Luciiii! ¿Dónde estás hoy cuando más te necesito?
Si el reuma me lo permitiera saldría corriendo, pero deberé de conformarme con llegar al teléfono para llamar a los servicios sociales.
– ¡No os mováis de aquí! ¿Vale? Y… ¿A dónde van a ir? Estoy empezando yo también a perder la cabeza…
– Amada María, estoy junto a tu cabecera. ¿Me reconoces?
– ¡Caro tonto! ¡Cómo no voy a reconocer al único amor de mi vida! Dame la mano…
– ¡Cómo siento tu calor…! dijeron ambos al unísono… ¡Te quiero como siempre te he querido y como nunca jamás volví a querer! ¿Estás preparada/o? ¡Es el día!
– Papas Luci ya no tardará en… ¡Papaaaaaaaaaas!
Juan Benito
Pincha en la imagen para acceder a la web especial de este premio.